Desde una Villa en el Parque
miércoles, diciembre 14, 2005 ELEMENTAL

El ómnibus me esperaba a las 13 hs. y lo anunciaron veinte minutos antes.
¿Cómo iba a saber que una imagen podría ser tan poderosa en ese momento?
Trepé al segundo piso de la máquina de algunos sueños, y antes de llegar al anteúltimo asiento, el mío, como lo indicaba el pasaje.
Vi unos ojos, contenidos por toda una humanidad, igual a quien me saco el sueño durante más de una década.
Y creeme que ese instante duro siglos, pues no me sacaste la mirada de encima.
Creo haber transformado mi cara en una pálida hoja de papel, a lo que tu reacción fue decirme:

- No te asustes, no llores, yo te ayudo con la mochila.
Mi nombre es Haik?

No eras él. Eras otro él.

Y yo derramando lágrimas mecánicas por ríos, en un Retiro lleno de gente, lista para mi retiro. Para otra incontable partida.

Y la noche no tardo en llegar.

Y acabé en tus brazos, tus manos, tu boca, tus piernas, como si no hubiera nadie más en el micro.
Los dos en el último asiento.
Incrementando hermosos ruidos al oscuro paisaje.
El anteúltimo asiento, esperó, vacío, cómplice.
Y luego acompañó un cuerpo un poco mas agotado, otros soñares, pena que solo sueño con vos.
Y sos músico también.
¡Nooo!
Si yo me voy a retirar por Retiro pero para Alaska; creo, y solo creo, que algunos músicos no viajan para esos pagos.

¡Ah! Debo ser respetuosa: saludos a sus novias, afortunadas por cierto.

Walmer

Esos sueños que se sueñan en los anteúltimos asientos de ciertos ómnibus. ¿Vendrán incluidos en el precio del pasaje?

Tengo serias dudas.
Porque creo recordar que he pagado por esto.
No puedo discernir entre realidad y fantasía, sólo se que en mi mochila apareció una cinta con música, que comenzó el viaje donde yo lo acabé.

Sigo con dudas.


Mismo así:
- Señores músicos: es demasiado para mi, eso han dicho mis médicos.


Posted by Dark Rusa :: 1:25 a. m. :: 31 comments

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