Pintura: Jan Saudek
Vas buscando perderte en el detalle de un sueño desvelado.
Vas llevando el peso en tu espalda, presa por elección.
Y ya nada importa.
Te pones el traje del día, salís, y que vayan pasando, los buscás, te buscan, agarran vuelo o no. Tienen para elegir… qué será mejor? Esto o la nada. Hasta que no me cacheteo la experiencia ajena, hecha propia (en colapso permanente) y el café se terminó, otra vez, y mis ojos amenazan con cerrarse, lejos de casa, de vos, de todo.
Aparecen abre ojos, quema cabezas, lejos de todos, cerca de ningún futuro, con o sin zapatos altos o bajos.
Zafar…por mucho más que dos mangos. Ya no importa cuanto en realidad…
Quiero terminar lo que falta, y talvez sentirte de verdad. No hay nada, nadie. Unos pocos nadies, a las 10 am, nadie es alguien, por lo menos acá.
Y tomás el tren, el bondi.
Cargas tu columna, zapatos maquillaje y otra vez lo mismo hasta decir basta, diciendo no y listo.
Mañana es el partido final, según pronosticaron, o tal vez dure tres días más, para seguir juntando nadas, "nada" para no sentirte tan lejos, para no sentirte tan nada.
Y demostrar que no es tan misterioso. Es simple muy simple, dejáte llevar, tomá esto... te dicen y ya no decidís nada, si queres sólo si queres.
Entonces conoces gentes y las cosas se mezclan más.
Nadie encaja. Cuando en verdad la que no encajo soy yo. Se percibe. Lo percibis?
Pero... sin perder el beso, ni el verso, perdes, si, la mirada, actuas, hasta que se retire el último espectador, y ahí si te sacas el maquillaje a prueba de agua, de lagrimas, de risas,muy despacito...
Hasta no dejar rastro.
Pequeñas estrategias.