Desde una Villa en el Parque
lunes, junio 05, 2006
Tardes de polvos
Y, si, solía amarlo, pero tuve que matarlo;
Sonaba estridentemente en anglosajón dentro y fuera del equipo de música que me acompañaba, mientras hacia lo que podía con todo esto que me dejaron para hacer.
¿Qué tenga paciencia?
¡No! Preciso energía.
¿Quién me ayuda?
El mar que ven mis ojos cuando levanto la mirada, y mi cuerpo congelado color bordo (ni con tanto trabajo logro tomar color a ser humano), eso no ayuda.
Y vos seguís cantando en mis venas, que laten y me dicen que no llore esta noche, pero es de tarde, y el sol todavía puede filtrar algunos rayos por alguna ventana.
Y golpean la puerta, preguntan, se van. Así una y mil veces.
Yo acá continúo sacándole el polvo a este mi cielo para poder prestarlo, como siempre.
Y dejo todo acá, solo por hoy.
Mis piernas tiemblan, como las tuyas y todavía falta y no es noviembre, ni llueve, pero es preciso seguir y soplar toda tu arena, para entregarte, porque debo hacerlo, porque nunca fuiste mío, solo te preparé, arañando entrañas, para que te fueras.
Posted by Dark Rusa ::
6:41 p. m. ::
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