¿Porques?: no los necesitaba, simplemente parecía estar respetando un irónico reglamento que le tiraba más tierra encima, tapando las posibles salidas.
Palabras entremezcladas con sentimientos confusos,
engaños de seres poco valientes,
audaces de la nada,
y te dejas engañar sin poder parar.
Equilibrar una sensación placentera sin cubrirla de "lo de siempre" sin sentido.
Ya no hay matices.
Lo que hace mal: esta bien, solo eso, y si es caminando por el borde de la cornisa: mejor.
Sin pensar en nada, con una vida censurando la palabra futuro,
siempre, por miedos idiotas, como solía llamarlos,
pero que dominaban sus acciones, dejándola estática.
Una estatua pudriéndose por dentro sería una buena comparación de la vida que llevaba,
a la deriva del clima,
cerca de un árbol enorme a punto de caer.
Será cuestión de dejar que se pudra lo que ya no sirve.