Desde una Villa en el Parque
domingo, enero 07, 2007
Zeide
Había una vez.
Solo una.
Solo uno.
¿Cuántas veces escuchaste el silencio?
Se dispuso a no hacerlo y este la perseguía, se metía en lugares insólitos, como en la maquina de lavar ropa o en los colectivos, que siempre la llevaban a lugares incorrectos, se le cortaba la luz en su casa y no podía poner música, tenia que subir y bajar doce pisos y su calzado no hacia ruido, gritaba y siempre, siempre había alguien dispuesto a amordazarla.
El viento soplaba silencioso.
Todo, todos habían participado de este gran barullo que era el silencio.
Las orquestas tenían a sus músicos deprimidos pues sus instrumentos no emitían sonido alguno.
Pero lo único que se escuchaba era tu violín lagrimeando las mas bellas partituras, esas, que tu memoria, creo, aun debe conservar, ahí estas, agarrándome fuerte la mano, mañana no se.
Para mi vas a ser mi estrella mas brillosa, mas alta.
Había una vez, solo una, solo uno.
Mi zeide, el mejor, el más humilde, el más talentoso, quien junto a mi bobe viven más de sesenta y cinco años de amor: Mauricio Goldstein Citron, y el Teatro Colón entero aplaude de pie noche tras noche tu primer violín.
Quien todavía quiere que yo sea alguien.
Posted by Dark Rusa ::
10:47 p. m. ::
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